India informó que los principales festivales religiosos de esta semana quedaron restringidos, tras advertir que ya comenzó una nueva ola de coronavirus en la capital financiera, Bombay.
"La tercera ola no está por llegar, ya está aquí", declaró ayer a la prensa el alcalde de Bombay, Kishori Pednekar.
Los gobiernos estatales en todo el país están tomando medidas drásticas contra las reuniones multitudinarias tras la dolorosa experiencia de abril y mayo de este año, cuando todo el territorio indio sufrió un devastador aumento de casos de coronavirus.
"Podemos celebrar los festivales más tarde. Pero prioricemos la vida y la salud de nuestros ciudadanos", añadió Uddhav Thackeray, ministro jefe de Maharashtra, cuya capital es Bombay.
Sus declaraciones se produjeron en vísperas del festival hindú Ganesh Chaturthi, de 11 días de duración, que comienza el viernes.
La última ola de coronavirus desbordó los hospitales de India y se cobró más de 200.000 vidas.
Se produjo después de una de las mayores reuniones religiosas del mundo, el Kumbh Mela, que atrajo a unos 25 millones de peregrinos hindúes.
Los expertos atribuyen a esa reunión, a los grandes mítines de las elecciones estatales y a la variante Delta la responsabilidad de aumentar la ola de covid-19.
Asimismo, las autoridades señalaron que el reciente aumento de casos en el estado sureño de Kerala, tras el festival de Onam en agosto, debería ser motivo de alarma.
Se espera que esta semana se introduzcan restricciones a los desplazamientos y las actividades en Nagpur, otra importante ciudad de Maharashtra.
En tanto, en el vecino estado de Karnataka, se mantendrá el toque de queda nocturno y se prohibirá la celebración de Ganesh en los distritos que registren niveles positivos más altos.